El Baile de los 41 es una película que da vida a un mito urbano que se originó en un México en el que la homosexualidad era aún un tabú que la sociedad no estaba preparada para enfrentar. En este largometraje, Ignacio de la Torre (interpretado por Alfonso Herrera), un diputado con grandes aspiraciones muy cercano a Porfirio Díaz, se casa con su hija Amada (Mabel Cadena) lo que le garantiza cercanía al poder y la protección del presidente de la república.
Sin embargo, la vida del diputado dista mucho de apegarse a la normalidad de la época ya que él es miembro de un club secreto de homosexuales quienes, a puerta cerrada, se reúnen a para vivir su sexualidad sin límites y escapar de su vida cotidiana. Esto junto con el encuentro con Evaristo Rivas (Emiliano Zurita) comienza a poner en peligro a este joven de clase acomodada y todas sus ambiciones políticas.
Más allá de contar otro romance de época entre hombres, el filme David Pablos busca profundizar en la opresión que existía para la comunidad gay en México en esa época y los diferentes tipos de consecuencias que esta podría implicar. Al presentarnos a Ignacio como un ser que va más allá de la superficialidad que se podría percibir de un romance, la película nos permite profundizar en él y el dilema en el que vivía su día a día, y el cómo tomaba ventaja de su posición en la clase alta, para darse el lujo de ceder a sus deseos en el club por momentos.
Si bien nos hubiera encantado conocer la situación de la comunidad en otros estratos sociales durante el Porfiriato, así como del resto de los miembros del club de los 41 más allá de Evaristo e Ignacio. La película definitivamente logra trascender al romance y por momentos logra generar conciencia de la gravedad con la que la homosexualidad era vista a nivel nacional.
Sin spoilear momentos claves y trascendentales de la trama, definitivamente la película logra a través del carácter rebelde pero cauteloso de su protagonista transmitir el cómo se sentía el estar sujeto a un rol heteronormado y seguir las instrucciones de una vida “aparentemente perfecta” para la época. Un acierto del filme es el haber sido preciso con las escenas de sexo y permitir que la historia fluyera de forma natural hacia las mismas, sin que estas se sientan forzadas.
Las interpretaciones logran que los personajes no se sientan caricaturizados y añaden justo la profundidad necesaria para contar la historia, la química entre los protagonistas masculinos es innegable y la forma de reflejar la difícil relación entre Ignacio y amada es sumamente acertada. La única crítica que se podría hacer es que nos hubiera gustado ver un poco más de Amada y la historia detrás del personaje.
En el aspecto técnico, la película se presenta con gran maestría en fotografía, diseño y producción de vestuario que realmente consigue transportarnos a un México previo a la revolución que contrasta de forma impresionante con el de hoy en día. Definitivamente esta película mantiene y eleva el estándar que las próximas películas que quieran retratar la época deberán seguir.
En conclusión viajer@s, El Baile de los 41 dará mucho de qué hablar y dejará un aire reflexivo en sus espectadores, destacando por la forma en la que crea una historia que muestra las consecuencias de la vida homosexual en un México antiguo de la que ninguna clase social se podría haber escapado. La película llega este 19 de noviembre a cines y es definitivamente una imperdible en la lista no sólo de cualquier miembro de la comunidad LGBT sino de cualquier amante del buen cine.