Del silencio al Pride: Breve historia del movimiento LGBTQ+ en el mundo

Puede que hoy en día veamos banderas arcoíris en tiendas, apps que cambian sus logos en junio, y ciudades enteras pintadas de colores… pero la historia del movimiento LGBT+ no empezó con campañas publicitarias. Empezó con rabia, miedo, resistencia y muchas veces, con gente que no tenía más que su voz, su cuerpo y su derecho a existir.

Este artículo no es una clase de historia, pero sí es una invitación a entender de dónde viene todo esto. Porque celebrar el Pride no es solo bailar en la marcha: es honrar las luchas que nos trajeron hasta aquí.

¿Por qué Junio es el mes del Orgullo?

Porque fue en junio de 1969 cuando todo cambió. En una noche de calor en Nueva York, policías irrumpieron en el Stonewall Inn, un bar gay del barrio de Greenwich Village. Hasta ese momento, las redadas eran comunes, y las personas LGBT+ vivían con miedo constante. Pero esa noche, no se quedaron calladxs.

Desde entonces, Junio se convirtió en el mes del Orgullo. Para recordar, resistir y celebrar.

Línea del tiempo: Momentos clave del movimiento LGBT+ en el mundo

1897 – Magnus Hirschfeld funda el “Comité Científico Humanitario” en Alemania, una de las primeras organizaciones de derechos homosexuales del mundo.

1952 – Christine Jorgensen, exsoldado estadounidense, se convierte en la primera persona en EE. UU. conocida públicamente por haberse sometido a una cirugía de afirmación de género.

1969 – Disturbios de Stonewall, el parteaguas del movimiento LGBT+ moderno.

1970 – Se realiza la primera Marcha del Orgullo en Nueva York, justo un año después de Stonewall.

1973 – La Asociación Americana de Psiquiatría deja de considerar la homosexualidad como una enfermedad mental.

1978 – Nace la bandera del arcoíris, creada por el artista Gilbert Baker en San Francisco. Originalmente tenía ocho colores.

1981 – Estalla la crisis del VIH/sida. La respuesta lenta de gobiernos y medios afecta gravemente a la comunidad LGBT+, especialmente a hombres gays. Nace el activismo en salud.

1990 – La Organización Mundial de la Salud elimina oficialmente la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales (sí, hasta 1990).

2001 – Países Bajos se convierte en el primer país del mundo en legalizar el matrimonio igualitario.

2015 – La Suprema Corte de EE. UU. legaliza el matrimonio igualitario en todo el país.

2020 – Por primera vez, un presidente de EE. UU. (Joe Biden) nombra a una persona trans (Rachel Levine) en un cargo federal confirmado por el Senado.

2022–2024 – Avances históricos en América Latina: Chile, Cuba y México amplían derechos LGBT+, incluyendo matrimonio y adopción. El reconocimiento no solo es legal, también social.

¿Y en Latinoamérica?

Nuestra región ha sido escenario tanto de avances como de resistencias. Algunos momentos clave:

  • Argentina fue pionera al aprobar en 2010 el matrimonio igualitario y en 2012 la Ley de Identidad de Género.
  • México consolidó el matrimonio igualitario en todos sus estados en 2022, tras una serie de batallas legales.
  • Cuba aprobó en 2022 un nuevo Código de las Familias que reconoce el matrimonio igualitario y los derechos de personas trans.
  • Sin embargo, en países otros países de Centroamérica y Sudamérica la discriminación y violencia aún persisten, y la lucha continúa.

¿Por qué seguimos marchando?

Porque aunque hemos ganado visibilidad, aún hay violencia, desigualdad, y odio. Según diversas organizaciones, más de 60 países aún criminalizan las relaciones homosexuales, y en al menos 11, ser LGBT+ puede implicar pena de muerte.

Incluso en lugares donde la ley nos protege, la calle no siempre lo hace. Muchas personas trans enfrentan desempleo, exclusión familiar y crímenes de odio. Las personas no binarias siguen sin reconocimiento legal en la mayoría de países. Y el acoso, el bullying y la censura son moneda común.

Marchamos porque la libertad no es completa hasta que todos y todas podamos vivirla sin miedo.

¿Y entonces, qué significa realmente el Pride?

Pride no es solo celebración. Es memoria, resistencia y comunidad.

Es recordar que antes de la fiesta, hubo cárcel, golpes, invisibilidad. Que gracias a quienes alzaron la voz, hoy podemos amar, vivir, hablar y soñar en voz alta.

Es el abrazo entre dos chicos de la mano en la calle. Es la madre que marcha junto a su hija lesbiana. Es la maestra trans que no esconde su identidad en el aula. Es el adolescente que por primera vez siente que no está solo.

Es también una oportunidad para educar, crear espacios seguros y construir futuro. Para recordar que cada derecho ganado fue una lucha, y cada bandera en una ventana significa: aquí eres bienvenidx.

¿Qué puedes hacer tú este mes del Orgullo?

  • Infórmate sobre la historia de tu país y su movimiento LGBT+.
  • Apoya negocios locales queer o con personal diverso.
  • Escucha y amplifica las voces de personas trans, racializadas y no binarias.
  • Asiste a la marcha (o crea tus propios espacios si no hay una).
  • No solo pongas arcoíris en junio. Vive el orgullo todo el año.

Porque ser visible es político. Amar es revolucionario. Y marchar, aunque sea con tacones rotos, sigue siendo una victoria.

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