Hoy en día, muchos destinos se promueven como “LGBT+ friendly”. Hay hoteles con banderas arcoíris, agencias que arman tours a marchas del Pride, e influencers queer colaborando con aerolíneas. Pero —y esto es importante decirlo— no todo lo que brilla es glitter real. Muchas veces, detrás del marketing inclusivo hay errores, clichés o desinformación que pueden incomodar, invisibilizar o incluso poner en riesgo a quienes viajamos siendo parte de la comunidad.
Si trabajas en turismo, marketing, hospitalidad o simplemente eres una persona curiosa que quiere hacer las cosas mejor, aquí te dejo una lista directa y sin rodeos sobre los errores más comunes (y totalmente corregibles) cuando se trata de la comunidad LGBT+ en el mundo del turismo.
Asumir que “LGBT+” es sinónimo de “hombres gays en fiesta”
Sí, amamos nuestras fiestas. Pero la comunidad LGBT+ es mucho más diversa. Hay mujeres lesbianas, personas no binarias, asexuales, bisexuales, trans, personas queer mayores de 50 y familias arcoíris. Si solo promocionas pool parties con chicos musculosos, estás dejando fuera a gran parte de la comunidad.
Tip: Amplía tu contenido visual y narrativo. Incluye diversidad real, no solo estética. Representa distintos cuerpos, edades, géneros y expresiones.
Poner la bandera arcoíris… solo en Junio
El rainbow marketing en junio se nota. Pero también se nota cuando no hay un compromiso real durante el resto del año. Muchas marcas ponen una bandera en el lobby o en redes sociales durante el Pride y desaparecen en julio.

No capacitar al personal en diversidad e inclusión
Uno de los errores más incómodos (y peligrosos) es que el personal de un hotel, tour o restaurante no sepa cómo tratar con respeto a una persona trans, una pareja del mismo sexo o alguien no binarie. Desde usar el nombre correcto hasta no asumir el género de una pareja: todo cuenta.
Tip: Ofrece capacitación real, no solo una charla simbólica. Y escucha a quienes forman parte de la comunidad: son elles quienes mejor saben lo que hace falta cambiar.
Asumir que todo el país/destino es LGBT+ friendly porque lo es una ciudad
Un error típico: promocionar un destino entero como seguro e inclusivo, cuando solo lo es una zona específica o ciudad grande. Ir de la zona hotelera al pueblo mágico más cercano puede significar un cambio drástico en nivel de seguridad o aceptación.
No contar con protocolos frente a discriminación
¿Qué pasa si una pareja gay es maltratada por otro huésped? ¿O si una mujer trans recibe una agresión verbal en un restaurante del hotel? Muchas empresas no tienen ni idea de qué hacer, y lo que ocurre es: nada. Silencio.
Tip: Establece y comunica protocolos claros para casos de discriminación. Asegúrate de que el personal sepa cómo actuar y que haya consecuencias reales.

Ignorar la identidad de género en formularios, reservaciones y trato directo
“No hay opción para mi identidad de género en este formulario”, “me siguen llamando señor cuando ya les dije que soy mujer trans”, “pusieron cama individual cuando pedimos una matrimonial”. Son quejas comunes, y son errores evitables.
Promocionar destinos LGBT+ sin considerar la legalidad o seguridad local
Hay hoteles que arman paquetes LGBT+ en países donde ser gay o trans es ilegal. O que invitan a viajar en pareja cuando eso podría significar cárcel o persecución.
Reducir todo a estereotipos
La chica lesbiana motociclista, el chico gay amanerado, la persona trans “exótica”. Aunque parezcan “divertidos” o “inofensivos”, estos clichés reducen la diversidad a caricaturas.
Tip: Escucha, lee, aprende. Consulta con creadores de contenido LGBT+, contrata personal diverso en puestos clave y genera espacios donde se cuenten historias reales.

No apoyar a comunidades y negocios LGBT+ locales
Muchos paquetes “queer” se arman sin consultar ni colaborar con personas LGBT+ locales. Así, el turismo rosa se convierte en una máquina extractiva más.
Tip: Trabaja con guías locales queer, promueve restaurantes LGBT+ friendly reales, apoya festivales comunitarios o dona una parte de tus ingresos a organizaciones que trabajan por la inclusión.
Usar la causa solo como herramienta de venta
Este es el más sensible. Si vendes “experiencias LGBT+” pero no tienes políticas inclusivas internas, si dices que eres aliado pero invisibilizas voces queer dentro de tu staff, lo que estás haciendo es solo vender diversidad, no vivirla.
El turismo inclusivo no es una tendencia, es una responsabilidad. Y no se trata de “portarse bien”, sino de generar experiencias donde las personas LGBT+ se sientan bienvenidas, seguras y visibilizadas de forma digna y real.
Porque viajar, para nosotrxs, nunca ha sido solo hacer maletas: es buscar lugares donde podamos respirar sin miedo, amar sin explicaciones y disfrutar sin esconder quiénes somos.