Si sientes que este cierre de 2025 se siente “flojo” en turismo, no estás solo. La sensación se repite en muchos destinos, desde el Mediterráneo hasta el Caribe y, claro, en Cancún y la Riviera Maya. Pero la foto es más compleja: a nivel global las cifras agregadas siguen creciendo, mientras ciertos destinos viven un “aterrizaje” después del boom post-pandemia y un contexto político, climático y económico más tenso.
Aquí desmenuzamos qué está pasando y, sobre todo, qué oportunidades se abren en este nuevo escenario.
¿De verdad hay una baja global?
A nivel macro, los organismos internacionales hablan de recuperación casi total del turismo: la ONU Turismo reporta que las llegadas internacionales crecieron alrededor de 5% en el primer semestre de 2025 frente a 2024, ya por encima de niveles pre-pandemia. El WTTC proyecta que el gasto internacional en 2025 romperá récord histórico, con 2.1 billones de dólares.
Entonces, ¿por qué tantos destinos sienten baja?
Porque el crecimiento ahora es más desigual: unos ganan (nuevos destinos, ofertas más baratas, experiencias de naturaleza fresca), mientras otros pagan la factura del calor extremo, la saturación, los precios altos y la mala prensa.
Factores globales: clima, bolsillos y política
Calor extremo y clima “hostil” para viajar
El verano 2025 en Europa fue brutal: España tuvo el verano más caluroso registrado, con picos de 45 °C y una temporada de incendios enorme. El Mediterráneo en general vivió olas de calor y megaincendios en Grecia, Portugal y otros países.
¿Qué hace el viajero?
- Cambia fechas (evita julio-agosto).
- Cambia destinos (más norte, más montaña, más “cool escapes”).
- O reduce un viaje largo por miedo a pasarla mal con el clima.
Bolsillos apretados y deuda personal
Aunque el turismo global crece, lo hace en un contexto de costos de vida altos y fuerte volatilidad de precios (energía, alimentos, servicios). Muchos viajeros siguen viajando, pero:
- Hacen menos viajes largos al año.
- Ajustan gasto en destino (menos tours caros, más experiencias gratuitas).
- Buscan promos agresivas y reservas last minute.
Hay países donde los precios turísticos se han disparado por tipo de cambio e inflación local, volviéndose destinos “aspiracionales” pero no masivos.
Política mundial y ruido geopolítico
Guerras en curso, cambios de gobierno y retórica agresiva influyen en percepciones de seguridad. En 2025, la vuelta de Donald Trump a la presidencia de EE. UU. y su agenda de tarifas, tensiones comerciales y discursos duros sobre migración y seguridad generan incertidumbre económica y política.
México y Cancún/Riviera Maya: del boom al ajuste
México: récords… pero con matices
En 2024 México rozó cifras históricas de más de 40 millones de turistas internacionales y récord en ingresos. En 2025, hasta julio-agosto, los datos seguían al alza en volumen: +7 % de llegadas vs 2024, con más de 27–31 millones de turistas internacionales en los primeros meses.
Pero ojo al detalle:
- El gasto promedio por visitante bajó alrededor de 6 % en el mismo periodo.
- En agosto y septiembre 2025 se observó caída en llegadas aéreas frente a 2024 (-1.4 % en agosto y -5.6 % en septiembre).
Es decir: viene más gente, pero gasta menos y se empieza a enfriar el ritmo.
Cancún y Riviera Maya: ocupación que ya no es “locura eterna”
Después de años de ocupaciones altísimas, 2025 muestra un ajuste:
- En verano, Cancún abrió temporada con ocupación por debajo del 80 %, algo moderado para estándares recientes.
- En septiembre, Cancún promedió 61.5 % de ocupación (ligeramente menor que 2024), pero la Riviera Maya cayó casi 10 puntos hasta rondar el 50 %.
- Tulum es el caso más dramático: su ocupación bajó de 66.7 % a 49.2 % en un año para septiembre 2025, una de las caídas más fuertes recientes.
A eso súmale:
- Sargazo 2025 con pronósticos pesados para Riviera Maya, aunque al final la temporada cerró con volumen menor al récord de 2018.
- Percepción de sobreoferta (nuevos hoteles, renta vacacional masiva).
- Que no todos los nuevos vuelos y aeropuertos (hola, Tulum) han logrado la demanda esperada.
No es un desplome total, pero sí un enfriamiento después de años de bonanza, justo cuando los costos de operación suben.
Factores clave detrás de la baja percibida
Resumiendo, lo que se siente en el día a día en Cancún/Riviera Maya viene de la mezcla de:
- Normalización post-boom: ya pasó la euforia de “viajo porque al fin puedo”, y el mercado vuelve a un comportamiento más selectivo.
- Mayor sensibilidad al precio: con bolsillos más apretados, el viajero compara más; si percibe el Caribe mexicano “caro”, mira Caribe alternativo u otros destinos de sol y naturaleza.
- Clima y sargazo: pronósticos negativos y fotos de playas llenas de algas, aunque la realidad local sea más matizada, empujan a algunos a mover fechas o elegir destinos sin ese riesgo.
- Ruido de seguridad y política: noticias sobre violencia interna, tensión con EE. UU. o declaraciones fuertes de líderes influyen en percepciones, aunque el turismo de resort siga operando con normalidad.
Oportunidades: cómo jugar a favor en este nuevo ciclo
Aquí viene la parte interesante: en toda crisis o enfriamiento hay una ventana para reposicionar destinos y proyectos turísticos. Algunas líneas claras:
Rediseñar la temporada “ideal”
Si el calor extremo y el sargazo vuelven incómodo viajar en ciertos meses, la jugada es clara:
- Vender otoño e invierno como la nueva “alta” emocional: clima más llevadero, menos sargazo, experiencias más auténticas.
- Reforzar storytelling de “temporadas alternativas” con actividades diferentes: festivales culturales, experiencias gastronómicas, wellness retreats, turismo LGBTIQ+ y espiritual.
De guerra de precios a guerra de valor
En un contexto donde el viajero gasta menos por persona, no se gana solo tirando tarifas:
- Proponer paquetes con valor percibido alto (más experiencias incluidas, más contacto local, más contenido para redes).
- Diferenciarse por experiencias de nicho: naturaleza responsable, experiencias queer-friendly, cultura local real, rutas gastronómicas, etc.
Diversificación de mercados
Si algunos segmentos se frenan (p.ej., cierto turismo estadounidense más sensible a noticias políticas y alertas), hay que mirar a:
- Mercado nacional de escapadas y fines de semana largos.
- Latinoamérica (Chile, Colombia, Brasil, Argentina) y Canadá, que han mostrado crecimientos interesantes hacia México.
- Nómadas digitales y estancias largas que no buscan solo “playa de 3 días”, sino vida en destino.
Comunicación honesta sobre clima y sargazo
El viajero ya no compra narrativas de “paraíso perfecto todo el año”:
- Funciona mejor una comunicación transparente, con info real de playas, alternativas (cenotes, lagunas, parques naturales) y plan B si hay sargazo.
- Mostrar cómo el destino está adaptándose al cambio climático y no ignorándolo: manejo de residuos, energía, conservación, rutas de menos impacto.
Del miedo a la estrategia
No estamos ante el fin del turismo, sino ante un nuevo capítulo donde el crecimiento bruto ya no es automático y los destinos maduros, como Cancún y la Riviera Maya, tienen que pasar de “vivir del flujo” a pensar en estrategia.
La baja relativa que se siente en este final de 2025 es la suma de clima extremo, bolsillos más justos, ruido político y un mercado que se volvió más exigente. Pero para quien sepa leer el momento, hay un campo enorme para reposicionar producto, temporadas y narrativa.
El turista sigue viajando. La pregunta ahora no es “por qué bajó”, sino:
¿qué le vamos a ofrecer para que siga eligiéndonos en este nuevo mundo?