Viajar no siempre significa gastar una fortuna. Con un poco de planeación, creatividad y apertura, puedes descubrir lugares increíbles sin que tu cartera sufra. Aquí te dejo ideas probadas para moverte, comer, hospedarte y disfrutar más, gastando menos.
Viaja en temporada baja
Evitar las fechas de vacaciones escolares, puentes y festividades importantes te puede ahorrar hasta un 40% en vuelos y hospedaje. Además, tendrás menos turistas alrededor y podrás disfrutar de una experiencia más auténtica.
Usa transporte alternativo
En vez de volar, considera el autobús, tren o incluso opciones de ridesharing. Si viajas dentro de México, plataformas como BlaBlaCar o grupos de viajes compartidos en redes sociales pueden reducir costos y abrirte a conocer gente.

Hospédate en hostales o con anfitriones locales
Los hostales no son solo para mochileros: muchos ofrecen habitaciones privadas a precios accesibles. También puedes usar Couchsurfing o buscar habitaciones en Airbnb lejos de las zonas más turísticas para encontrar mejores precios.
Come como local
En vez de buscar restaurantes para turistas, explora mercados, fondas y puestos callejeros. La comida suele ser más económica, auténtica y deliciosa. Pregunta a los locales dónde comen ellos y descubrirás joyas ocultas.
Haz turismo gratuito o de bajo costo
Muchas ciudades tienen recorridos a pie gratuitos (free walking tours) donde solo dejas una propina voluntaria. Museos y sitios arqueológicos suelen tener días de entrada libre; revisa las páginas oficiales antes de viajar.
Reduce el equipaje
Viajar ligero te evita pagar cargos extra por maleta y te da más movilidad para cambiar de plan. Con una mochila o maleta pequeña, también podrás usar transporte público sin complicaciones.

Planea, pero sé flexible
Aprovecha ofertas de último minuto y sé abierto a cambiar destinos o fechas si eso significa ahorrar. Las alertas de precios en Google Flights o Skyscanner son aliadas clave.
Aprovecha tus contactos
Si tienes amistades o conocidos en otros lugares, no dudes en escribirles. Muchas veces están felices de mostrarte la ciudad o incluso ofrecerte un lugar donde quedarte.
Viajar con poco presupuesto no significa sacrificar la calidad de tu experiencia, sino aprender a ser creativo y a valorar lo esencial. Los mejores recuerdos no siempre vienen de un hotel de lujo o una cena costosa, sino de momentos inesperados, paisajes que te roban el aliento y conexiones reales con personas y lugares. Si sabes buscar, el mundo se abre para ti… sin vaciar tu cuenta bancaria.